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OPOSICIONES AL PROFESORADO
LA CULTURA RENACENTISTA. LOS ENFRENTAMIENTOS
POLÍTICO RELIGIOSOS DEL SIGLO XVI.
0.
INTRODUCCIÓN
1.
LA CULTURA RENACENTISTA
1.1. El debate historiográfico sobre el Renacimiento.
1.2. Contexto histórico y características del
renacimiento.
1.3. El pensamiento renacentista: El Humanismo.
1.4. El arte renacentista.
1.5. La nueva ciencia.
2.
LOS ENFRENTAMIENTOS
POLÍTICO-RELIGIOSOS DEL SIGLO XVI
2.1. Introducción.
2.2. Los enfrentamientos político-religiosos en la
primera mitad del siglo XVI
2.2.1.
Los antecedentes de la
Reforma.
2.2.2.
Los inicios de la Reforma. El
Imperio Romano-Germánico, los reinos escandinavos, Prusia Oriental, el Báltico,
los cantones suizos e Inglaterra.
2.2.3.
Carlos V contra el
luteranismo.
2.3. Los enfrentamientos político-religiosos en la
segunda mitad del siglo XVI.
2.3.1.
Contrarreforma versus
calvinismo.
2.3.2.
La ofensiva calvinista: Las
guerras de religión en Francia.
2.3.3.
La rebelión de los Países
Bajos.
2.3.4.
España contra Inglaterra: El
desastre de la Armada Invencible.
2.3.5.
El fracaso de la política
contrarreformista de Felipe II.
3.
CONCLUSIÓN
4.
BIBLIOGRAFIA.
5.
PREGUNTAS CLAVES
6.
ESQUEMA DEL TEMA.
0. INTRODUCCION.
En este tema vamos a estudiar
la Europa del siglo XVI tanto desde el punto de vista cultural como desde el
político. En la primera parte del tema, analizaremos el debate historiográfico
que se ha producido para explicar el concepto del Renacimiento. A continuación,
explicaremos la cultura renacentista, centrándonos en cuatro aspectos claves,
que son: el contexto histórico en el que surge, la contribución del
Renacimiento en el ámbito del pensamiento, las principales características del
arte renacentista, y por último, la aparición de un nuevo concepto de ciencia.
En la segunda parte, analizaremos los conflictos político-religiosos que
tuvieron lugar a lo largo del siglo XVI. Para una mejor comprensión de la
misma, la dividiremos en dos puntos, precedidos de una introducción donde se
explicará la situación política de Europa en 1500. El primer punto de esta
parte, corresponderá a la primera mitad del siglo XVI, y en la misma se
estudiará las características de la Iglesia en esa misma fecha, el significado
de la figura de Lucero y la extensión de su reforma por Europa, y por último,
el enfrentamiento de Carlos V con los luteranos. En el segundo punto,
correspondiente a la segunda mitad del siglo XVI, nos centraremos en el
enfrentamiento entre el catolicismo y el calvinismo, analizando la
contrarreforma y la doctrina de Calvino, para luego explicar las guerras de
religión en Francia y la revuelta de los Países Bajos y su importancia en el
contexto de las relaciones internacionales, especialmente en Inglaterra.
1. LA CULTURA RENACENTISTA
1.1. El debate
historiográfico sobre el Renacimiento.
A la hora de abordar el tema
de la cultura renacentista no podemos dejar de tener en cuenta la polémica que
ha envuelto a este período de la Historia, polémica que se extiende hasta
nuestros días; por lo que no es de extrañar que el "problema del
Renacimiento" haya llegado a ser uno de los temas más controvertidos de la
historiografía moderna. Originariamente el término Renacimiento se utilizó para
designar el movimiento que en el siglo XV y comienzos del XVI intentó resucitar
en la cultura europea los valores formales y espirituales de la Antigüedad. Al
aparecer fue utilizado por primera vez por Balzac en su obra "Le Bal de Sceau" de 1829 (“Elle raisonnait
facilment sur la peinture italianne ou flamante, sur le moyen-âge ou la
renaissance”) haciéndose eco de un término que estaba en uso en los círculos
intelectuales de su época, antes de que fuese aplicado con rigor científico por
Michelet, primero y posteriormente por Burckhardt.
Jules Michelet fue el primero,
en su obra “La Reinaissance” (1855) en identificar el Renacimiento como un
período de la Historia general de Europa, viéndolo como una antítesis de la
Edad Media. A partir de su obra, se configuraron tres aspectos claves que
señalaron el camino a seguir en los estudios y en los análisis sobre tal
período: ubicación italiana, resurrección de la Antigüedad, y quicio entre el
Medioevo y la Modernidad. Este planteamiento fue difundido por C. Voigt y J.
Burckhardt. Para este último autor ("La cultura del Renacimiento en
Italia" 1860), creador de una corriente de historia cultural que se oponía
a la historia política entonces vigente, el Renacimiento como fenómeno se
caracterizaba por ser una civilización italiana asentada sobre ideas como la
consideración del "Estado como obra de arte", "el desarrollo del
individuo", "el descubrimiento del Mundo y del Hombre" o
"la vuelta a la Antigüedad".
Sin embargo, esta concepción
se vio afectada por la crisis general de la conciencia y de la cultura europea
entorno a 1900, y sobre todo por el fulgurante desarrollo de la historiografía
en terrenos apenas tenidos en cuenta por Burckhardt como la historia económica,
el conocimiento pormenorizado del pensamiento filosófico y científico, una
mayor precisión sobre la religiosidad, etc.
Esta revisión venía, por un
lado, de quienes veían los orígenes del Renacimiento con anterioridad a
Petrarca y no aceptaban la línea divisoria entre Edad Media y Renacimiento (E.
Renan, H. Thode, E. Gebhardt). Por su parte K. Burdach, en 1924 difundió su
tesis que defendía una línea de continuidad entre el pensamiento medieval y el
renacentista, no dudando en calificar a éste como espiritual y irracional.
Pero la contestación más
radical contra Burckhardt vendría por parte de los medievalistas dispuestos a
reivindicar la Edad Media, a los que Panofsky denomina “románticos del Renacimiento a la inversa”. Para este grupo,
integrado por Nordström, Neumann, Worringer, Ritter, etc., el Renacimiento
había supuesto la intrusión de la Diesseitigkeit mediterránea en el trascendentalismo “nórdico” o cristiano,
provocando un cambio negativo en la evolución de Europa.
Posteriormente,
el debate evolucionó en un sentido distinto, surgiendo una tendencia creciente,
más que a revisar, a suprimir el mismo concepto de Renacimiento: a negar no
sólo su unicidad, sino hasta su existencia misma. Tesis defendida en nuestros días H. Haydan y E. Battisti, a cuyas
obras hay que añadir con evidente talante revisionista las de A. Chastel, J.
Delumeau, R. Mousnier y A. Maravall entre otros, y que queda perfectamente
plasmada por Thorndike cuando escribe “No existe ninguna línea divisoria entre
una cultura <<medieval>> y otra <<renacentista>>”.
No obstante, a pesar de este rico debate seguía sin concretarse una idea
clara de lo que fue el Renacimiento. En 1957, el historiador alemán Edwin
Panofsky había de publicar una colección de artículos bajo el título de
“Renacimiento y renacimientos en el arte occidental” que constituye, sin duda,
la síntesis más acabada sobre el significado de este periodo histórico en el
terreno de la historia del Arte. A grandes rasgos, lo que plantea Panofsy,
frente a aquellos que defienden una continuidad entre Edad Media y
Renacimiento, es que en este periodo histórico, y por primera vez en la
historia de Europa, se comprendió que el mundo clásico había desaparecido para
siempre. Durante toda la Edad Media, los hombres que vivieron en nuestro
continente creyeron estarlo haciendo en un mundo que era continuación de Grecia
y Roma, culturas admiradas y a la vez temidas por su carácter pagano. Por el
contrario, los hombres del Renacimiento comprendieron que “Pan había muerto; de
que el mundo de la Grecia y la Roma antigua (ahora, recordaremos, sacrosancta
vetusta, <<sacrosanta antigüedad>>) era algo perdido como el
Paraíso de Milton y sólo susceptible de ser recordado por el espíritu. Por primera
vez apareció el pasado clásico como totalidad desligada del presente; y, por
tanto, como ideal anhelado en lugar de realidad utilizada y al mismo tiempo
temida (...) El Renacimiento lloró sobre su tumba y trato de resucitar su alma:
y en un momento fatalmente propicio lo logró (...). Las almas resucitadas son
intangibles, pero tienen las ventajas de la inmortalidad y la ubicuidad. De ahí
que el papel de la Antigüedad clásica después del Renacimiento sea un tanto
esquivo pero, por otra parte, omnipresente: y mutable sólo a costa de una
mutación de nuestra civilización como tal”
CONTINUA..............................
3. BIBLIOGRAFIA.
-
ATKINSON, J. (1997): Lutero y el nacimiento del protestantismo,
Barcelona: Altaya.
-
BAWSMA, W. J. (2001): El otoño del Renacimiento. 1550-1640,
Barcelona: Crítica.
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DELEMEAU, J. (1988): El Caso Lutero, Barcelona: Luis de
Caralt.
-
ELLIOT, J. H. (1993): La Europa Dividida (1559-1598), Madrid:
Siglo XXI.
-
ELTON, G. R. (1989): La Europa de la Reforma (1517-1559),
Madrid: Siglo XXI.
-
FEBVRE, L. (1985): Erasmo, la contrarreforma y el espíritu
moderno, Barcelona: Orbis.
-
FERRER ARELLANO, J. (1996): Lutero y la reforma protestante, Madrid:
Palabra.
-
HALE, J. R. (1991): La Europa del
Renacimiento (1480-1517), Madrid: Siglo XXI.
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HAUSER. A. (1989): Historia Social de la
literatura y el Arte, Madrid: Alianza.
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LUTZ, H. (1995): Reforma y contrarreforma, Madrid:
Alianza.
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MANN, N. (2002): El Renacimiento, Barcelona: Folio.
-
MARAVALL, J. A. (1999): Carlos V y el pensamiento político del Renacimiento,
Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
-
MARTIN, A. VON. (1966): Sociología del Renacimiento, Madrid:
Cátedra.
-
MUÑOZ BOLAÑOS, R. (2003): La batalla de Lepanto. 1571, Madrid:
Almena.
-
ROMANO, R. Y TENENTI, A.
(1992): Los fundamentos del mundo moderno,
Madrid: Siglo XXI.
CUESTIONES BÁSICAS
TEMA
32
1.
RENACIMIENTO Y RENACIMIENTOS.
2.
LA LIGA ESMALCALDA, FORMACIÓN
Y OBJETIVOS.
3.
¿EXISTE UNA RELACIÓN ENTRE LA
ÉTICA PROTESTANTE Y EL DESARROLLO DEL CAPITALISMO?
4.
LA HERENCIA DE CARLOS V.
5.
¿CUALES FUERON LAS CAUSAS DE
LA REVUELTA DE LOS PAISES BAJOS CONTRA FELIPE II?
RESPUESTAS.
1. RENACIMIENTO Y RENACIMIENTOS.
¿Es permisible aislar el
Renacimiento con mayúscula como fenómeno único respecto del cual los diversos
movimientos de renovación medievales representarían otros tantos
"renacimientos" con minúscula?
Panofsky ha denominado
"principio de disyunción": cada vez que en la Edad Media, plena o
tardía, una obra de arte toma su forma de un modelo clásico, esta forma es casi
siempre investida de una significación no clásica, normalmente cristiana; cada
vez que una obra de arte toma su tema de la poesía, la leyenda, la historia o
la mitología clásica, este tema es representado en una forma no clásica, normalmente
contemporánea.
"Así ocurrió en la Mantua
del siglo XII, que cuando quiso homenajear a su patrono Virgilio, el poeta fue
retratado en forma de erudito medieval sentado en su mesa de trabajo y afanado
en escribir; pero cuando en el siglo XV se pidió a Mantegna que diseñara una
estatua de Virgilio. Mantegna imaginó una figura auténticamente clásica,
erguida, envuelta en una toga y dirigiéndose al espectador con la dignidad
intemporal de un Sófocles o un Demóstenes (PANOFSKY "Renacimiento y
renacimientos en el arte occidental", Madrid 1975)
2. LA LIGA ESMALCALDA, FORMACIÓN Y OBJETIVOS.
En 1530, en la Dieta de
Augsburgo el emperador Carlos V trata de salvar la unidad católica del Imperio.
Los protestantes presentan sus conclusiones en la "Confessio Augustana"
que es rechazada por el Emperador, mientras ratifica el Edicto de Worms
(expulsión de Lutero, etc.) e invoca la necesidad de que los reformadores
vuelvan al seno de la Iglesia. Los estados protestantes responden formando la
Liga Esmalcalda (1531), dotada de ejército federal permanente, Hacienda común y
un Consejo de guerra. La Liga cuenta además con apoyo extranjero (Francia e
Inglaterra)
En 1534, la Liga consigue que
el Emperador renuncie a someter a la jurisdicción de la Cámara Imperial a los
miembros de la Liga. En 1545, Dieta de Worms, los estados protestantes se
niegan a asistir al concilio de trento con lo que comienza la guerra abierta. A
pesar de la victoria imperial de Mülhberg (1547), Carlos V no consigue acabar
con el problema protestante por la fuerza. En 1555 la paz de Augsburgo
consagrada jurídicamente la escisión religiosa del Imperio.
3. ¿EXISTE UNA RELACIÓN ENTRE LA ÉTICA PROTESTANTE Y
EL DESARROLLO DEL CAPITALISMO?
En su estudio sobre "La
ética protestante y el desarrollo del capitalismo" (1904) Max Weber
sostenía que las iglesias protestantes, y en particular el calvinismo, habían
contribuido a crear una mentalidad favorable al ahorro financiero y la
actividad empresarial. En definitiva, Weber sostenía que la mera ética de la Reforma
había alentado el desarrollo del capitalismo ya existente.
En 1926 Tawney ("Religión
and the Rise of Capitalism") contradecía muchas de las premisas de Weber,
pero tendía en un último análisis a coincidir con la posición de aquel.
"El espíritu capitalista -sostenía Tawney- es tan viejo como la historia,
y no fue fruto del puritanismo. Pero encontró en ciertos aspectos de éste un
tónico que consolidó sus energías y fortaleció su ya de por sí riguroso
temperamento".
En contra de estas hipótesis,
Robertson ha afirmado más recientemente: "fue el desarrollo de la
industria y el comercio lo que promovió las costumbres de frugalidad; no las
costumbres de frugalidad de inspiración calvinista las que promovieron la
industria y el comercio". Y ya en nuestros días. Heavy Kamen ("El
siglo de hierro " Madrid, Alianza Ed): "Cuando se examinan los
diversos factores implicados en la expansión comercial, el crecimiento agrícola
y el progreso industrial, cuando se toman en consideración la posición de los
trabajadores y la disponibilidad del capital, no cabe duda de que la religión
aparece como uno de los factores de menos peso en orden a cualquier estudio de
los orígenes de la empresa capitalista".
CONTINÚA.................................
ESQUEMA TEMA 32
1. LA CULTURA RENACENTISTA.
1.1. El debate historiográfico sobre el
Renacimiento
Revisada la imagen que formó
la liberación del XIX (Michelet, Burckhardt) sobre el Renacimiento, se le
considera actualmente como la culminación, de un largo proceso iniciado de la
Edad Media. No supone, en este sentido, una ruptura radical con el Medioevo.
Pero el Renacimiento, en cualquiera de su manifestaciones, al tiempo que
procede a la revalorización de la Antigüedad clásica opera una revisión del
mundo medieval, iniciando un ciclo agudamente crítico que se diferencia
claramente del período precedente.
1.2. Contexto Histórico y Características
-
Las Transformaciones
económicas - despegue del capitalismo
-
Cambios sociales - ascenso de
la burguesía.
§
movimientos de población
(revitalización de las ciudades)
§
crecimiento demográfico.
-
Cambio de mentalidad -
afirmación del individualismo.
§
Conflictos religiosos.
§
nueva concepción del Hombre.
-
Cambios culturales -
Descubrimientos científicos (Copérnico, Kepler, Galileo)
§
Desarrollo de la cultura (secularización
del saber)
§
Expansión de la cultura
(secularización del saber)
§
Diferente concepción de la
política (Maquiavelo)
1.3. El pensamiento renacentista: El Humanismo.
Origen italiano por la
confluencia de dos factores fundamentales: unas condiciones óptimas de carácter
económico-social, y el legado cultural greco-romano. El Humanista busca en las
fuentes de la Antigüedad, cultiva las lenguas clásicas en escuelas y Academias,
procura la elegancia de la expresión, resucita el idealismo platónico, fomenta
directa o indirectamente, la resurrección del paganismo (sin ser
anticristiano).
Precursores
- Dante, Bocaccio, Petrarca.
1.4. El Arte del Renacimiento.
No "descubre" el
Naturalismo sino el estudio metódico, científico e integral de la Naturaleza.
Cultiva el individualismo y la plástica de lo profano. El artista se ve
sometido a un proceso de comercialización (coleccionistas, mecenas).
CONTINÚA...............................